(Resumen: http://iessonferrerdghaboix.blogspot.com.es/search/label/HA%20UD%2012.%20El%20Renacimiento%20italiano%20y%20su%20difusi%C3%B3n%20europea.)
LA
ARQUITECTURA DEL RENACIMIENTO
EL
QUATTROCENTO.
Brunelleschi,
Alberti, Michelozzo, Giuliano de Sangallo, Rossellino.
Los
grandes arquitectos en Toscana son Brunelleschi, Alberti, Michelozzo,
Giuliano de Sangallo y Rossellino.
Brunelleschi recibe
el encargo de terminar la catedral
de Santa Maria dei Fior
levantando la cúpula
de 42 metros ejecutada en 1421-1446
según los modelos del Panteón romano y de las cúpulas bizantinas.
La cúpula se levanta grácil sobre un tambor octogonal y este sobre
medias cúpulas y cuartos de cúpula. Gracias a su éxito será el
modelo de la cúpula de San Pedro del Vaticano, y esta, a su vez, de
las futuras cúpulas barrocas en Europa.
En
las iglesias de San Lorenzo y Santo Espíritu adopta
los elementos arquitectónicos clásicos, inspirándose especialmente
en las basílicas romanas.
En
la Capilla
Pazzi presenta
el esquema de lo que será la auténtica arquitectura renacentista:
sobre planta cuadrada asienta una cúpula sobre pechinas y antepone
un pórtico adintelado en el que un arco central rompe el
dintel.
El Hospital de los Inocentes se abre a la plaza pública con un bellísimo pórtico, adornado en la parte superior con medallones.
El Hospital de los Inocentes se abre a la plaza pública con un bellísimo pórtico, adornado en la parte superior con medallones.
Brunelleschi
también desarrolla el modelo de palacio típicamente renacentista en
el palacio Pitti, el tratamiento de los paramentos
mediante sillares almohadillados le comunica un aspecto inconfundible
de solidez.
En
los palacios florentinos que siguen este modelo el predominio de la
línea horizontal será absoluto.
Alberti es
el teorizador de la nueva arquitectura, con De
re aedificatoria; sólo una generación
después de Brunelleschi se puede proceder ya a un asentamiento
racional del estilo. En sus obras usa los elementos clásicos:
los templos Malatestiano en
Rímini y de San
Andrés en Mantua, con las fachadas
principales con gran arco triunfal. En Florencia edifica el palacio
Rucellai, con fachada adornada con
pilastras siguiendo la superposición de los tres órdenes clásicos
(dórico, jónico y corintio), y la bella fachada de mármoles
policromos y formas geométricas de la iglesia de Santa
María Novella.
Michelozzo edifica
el palacio Médici-Ricardi,
con el robusto almohadillado del zócalo y el muro liso superior.
Giuliano
de Sangallo realiza la sacristía
de la iglesia del Santo Espirito en
Florencia y la iglesia de Santa María
delle Carceri, ambas con simetría
central en su planta de cruz griega, así como la Villa
Medicea en Poggio in Caiano, un modelo
de villa renacentista.
Debe
destacarse otro centro de arquitectura ajeno a Florencia, en
el Milán de los Visconti, con los maestros Filarete
y Bramante.
EL
CINQUECENTO.
San
Pedro del Vaticano: Bramante, Rafael, Miguel Ángel.
El
primero es Bramante (1444-1514), educado en Urbino y
que había trabajado en Milán. Fue llamado por el papa Julio II. En
Roma evoluciona a un estilo austero, concentrado en la estructura,
reduciendo la decoración. El templete circular de San Pietro
in Montorio (1502-1510), encargado por los Reyes Católicos
de España en el lugar que será sede de la futura Academia Española,
es un ejemplo de unidad, clasicismo, proporción, orden, sencillez,
armonía, sobriedad, robustez y elegancia, o sea las principales
características del Cinquecento romano.
Bramante,
en el siguiente proyecto (1506) para la basílica de San
Pedro, diseña un proyecto de perfecta cruz griega, de dos naves
perpendiculares, con cuatro brazos iguales y cuatro entradas, y una
gran cúpula en el centro de la cruz, inspirada en el templete
anterior de San Pietro in Montorio. Pero su proyecto de cúpula era
todavía un compromiso entre el Gótico con sus torres y torrecillas
y el Renacimiento con su tambor de columnas rodeando y medio tapando
la cúpula.
Rafael le
sucede en las obras, pero no tiene tiempo para realizar su nuevo
proyecto. Le suceden Peruzzi y
Antonio da Sangallo el Joven, que
prosiguen las obras con algunas modificaciones.
Miguel
Ángel llega a la dirección de
las obras en 1546, a los 70 años, con la fama de ser el
gran genio de Occidente. Su obra arquitectónica demuestra su dominio
de los volúmenes exteriores más que de los espacios interiores.
Exige la desaparición de las torres y torrecillas, y potencia la
cúpula sobre un tambor, configurando el futuro modelo occidental de
cúpula. Sólo habrá una monumental entrada, con un pórtico
adintelado, cuyas alas son un añadido posterior de Bernini ya en el
Barroco.
Como
urbanista, Miguel Ángel proyecta la plaza del Capitolio en
Roma, inspirado tal vez en el ejemplo anterior de Pienza.
Como
diseñador de interiores, destaca su escalera de la
Biblioteca Laurenciana, con su fusión de líneas dinámicas
curvas y estáticas rectas, con lo que un pequeño espacio cobra
majestad. Es ya una arquitectura manierista.
Antonio
de Sangallo.
Antonio
de Sangallo el Joven crea el
modelo del palacio romano del Cinquecento, sobrio y austero, con
el Palacio Farnesio.
Abandona el almohadillado florentino, las ventanas adinteladas
carecen de parteluz y dispone frontones curvos y rectilíneos que
incrementan el movimiento.
LA
ESCULTURA DEL RENACIMIENTO.
EL
QUATTROCENTO.
Ghiberti,
Donatello, Della Quercia, Della Robbia, Verrocchio.
El
Quattrocento es de Florencia, gracias al trabajo en la cantería de
la catedral. En 1401 se convoca el famoso concurso de las dos puertas
del Baptisterio, y lo gana Lorenzo Ghiberti (1378-1455,
que trabaja hasta 1425 para fundir en bronce los paneles de las
escenas evangélicas. Destaca, sobre todo, la Puerta
de la Gloria, con un relieve profundo,
realista, clásico, con escenas de naturaleza (rocas y árboles) y
una sensación de profundidad con una perspectiva lineal que
convierte a estos relieves casi en obras
pictóricas.
Donatello (1386-1466) es el gran escultor del siglo, discípulo de Ghiberti, amigo de Brunelleschi. Esculpe al hombre vital. San Jorge es la juventud valerosa. El Profeta Habacuc es la psicología realista y la nobleza. La estatua ecuestre del Condottiero Gattamelata (1453) es un vivo y expresivo análisis psicológico del guerrero, aunque con poco movimiento. El David desnudo es la gracia.
Donatello (1386-1466) es el gran escultor del siglo, discípulo de Ghiberti, amigo de Brunelleschi. Esculpe al hombre vital. San Jorge es la juventud valerosa. El Profeta Habacuc es la psicología realista y la nobleza. La estatua ecuestre del Condottiero Gattamelata (1453) es un vivo y expresivo análisis psicológico del guerrero, aunque con poco movimiento. El David desnudo es la gracia.
Jacopo
della Quercia esculpe los monumentales
y naturalistas altorrelieves de la portada
de San Petronio en Bolonia, que
influyen en Miguel Ángel.
Luca
della Robbia escupe los relieves
de la Cantoria y una tribuna del
Duomo de Florencia. Es un maestro de la serenidad clásica y del
naturalismo.
Andrea
Verrocchio
un David
y, sobre todo, la estatua
ecuestre del Condottiero
Colleone (1481), llena de
movimiento y expresividad, con múltiples puntos de vista.
EL
CINQUECENTO.
Miguel
Ángel.
Miguel
Ángel (1475-1564) es el gran
escultor del siglo. Hombre universal, poeta, pintor, arquitecto, pero
sobre todo escultor. Siempre insatisfecho de su propia obra y crítico
de la ajena, siempre inmerso en la platónica y mística búsqueda de
la Idea de la Belleza en el mármol blanco de Carrara. Sus figuras
están llenas de vida y pasión, de terribilità,
lo sublime, con una exhibición de fortaleza y energía como si
amenazaran a un enemigo externo o estuviesen en perpetua lucha, de
una grandiosidad que reside más en su plenitud vital que en su
tamaño.
Inspirado
en la estatuaria antigua de la colección de los Médicis, esculpe en
Florencia laB atalla de los Centauros y la Virgen
de la Escalera. En Bolonia recibe la influencia de las
monumentales esculturas de Della Quercia, y cambia su estilo. De
vuelta en Roma esculpe la primera Piedad del
Vaticano (1498-1499), de gran serenidad.
Vuelve
a Florencia, para realizar el inmenso (4 metros) y
tenso David (1501-1504), símbolo de la victoria de
la pequeña ciudad florentina sobre sus enemigos. Trabaja en el
inconcluso mausoleo del papa Julio II, del que restan el
poderoso Moisés (1513) y los inacabados Esclavos.
Labra la Sacristía Nueva de San Lorenzo y
la Capilla funeraria de los Médicis, integrando
arquitectura y escultura en los sepulcros de Giuliano y Lorenzo
Médici, cuyo modelado es ya manierista. En los últimos años,
su arrebatada espiritualidad, que le lleva incluso a cultivar la
poesía mística, le inspira cuando esculpe la dramática Piedad
Rondanini, cuyas formas apenas salen de la piedra. Son obras
llenas de vida, expresividad, de equilibrio de la forma bella y del
movimiento, cada vez más tendente a este movimiento que
enlaza con el Manierismo por su exceso gestual y su tensión sensual.
LA PINTURA DEL RENACIMIENTO.
Los
grandes centros de la pintura coinciden con las capitales de los
Estados italianos: Venecia, Florencia, Roma, Padua o Ferrara con una
extraordinaria floración de artistas de primera magnitud.
EL
QUATTROCENTO
Las
raíces de la pintura renacentista deben buscarse en Giotto, a
principios del siglo XIV, pero sólo en el siglo XV la pintura
italiana se diferencia claramente de la gótica. Las obras se
individualizan, se independizan de los retablos que poco a
poco casi desaparecen durante un tiempo; los temas son más
profanos y por ejemplo aparece el desnudo, aunque siguen
predominando los temas religiosos. Otras características de esta
pintura son: el desarrollo de la perspectiva científica, el
movimiento controlado, el paisaje profundo y alegre, la belleza
idealizada de los cuerpos desnudos, el volumen de las formas, el
sentido espacial, la intensidad de los sentimientos.
El dibujo es
un elemento capital en el siglo XV, mientras el color lo es del siglo
XVI. Es un dibujo sereno en Fra Angélico, nervioso en Botticelli,
con figuras de dimensiones planas, sin tridimensionalidad. La luz se
perfecciona, pero en general sirve para resaltar los planos. Pero al
mismo tiempo, la bidimensionalidad se compensa con el interés por la
profundidad (para Ucello la perspectiva es la suprema manifestación
de la belleza), en el paisaje poco detallista en comparación con los
primitivos flamencos, pero que sirve para encuadrar las figuras. La
composición es compleja, con varias escenas o figuras en un mismo
cuadro, aunque subordinadas a la principal. Al final, algunos
maestros, como Della Francesca, experimentan la problemática de la
tridimensionalidad, con sus idealizadas vistas urbanas.
Los
maestros de Florencia: Fra Angélico, Masaccio, Ucello, los Lippi,
Botticelli.
El
gran centro pictórico del Quattrocento es Florencia, gracias al
mecenazgo de los Médicis y, en menor grado, de los Pazzi, Pitti...
Fra
Angélico (c. 1400-1455) enlaza
con el Gótico, con sus curvas y dorados, pero con un volumen
novedoso, clásico. Decoró con admirables frescos el convento de San
Marcos. En laAnunciación destaca
la serenidad, equilibrio y dulzura, en la línea, el color y el
paisaje.
Masaccio (1401-1428)
cuida el volumen y la perspectiva, con falsos fondos arquitectónicos.
Destacan la magistral Santísima
Trinidad, que es un modelo de
perspectiva, San Pedro y San Juan
dando limosna, El
Tributo al César, Adoración
de los Magos, Adán
y Eva.
Filippo
Lippi (1406-1469) retrata los
sentimientos humanos, con sus numerosas Virgen
con el Niño. Fue el padre de Filippino
Lippi (1457-1504), que cultivó el
mismo tema.
Botticelli (1444-1510)
atesora un dibujo nervioso, pleno de movimiento. Pinta composiciones
muy elaboradas, en tonos suaves y delicadamente fríos, con paisajes
primaverales, hermosos cuerpos desnudos o figuras vestidas que
desprenden una sensación de elegancia, rostros melancólicos que
reflejan el sentimiento de la decadencia de Florencia h. 1500. Obras
máximas, en las que conjuga los temas del neoplatonismo con la
figuración son: El Nacimiento de
Venus, Alegoría
de la Primavera, La
Calumnia, Palas
y Minerva, y las tablas de la historia
de Nastagio degli Honesti.
Los
maestros de las escuelas regionales: Della Francesca, Mantegna,
Perugino...
Junto
a los artistas de la escuela florentina hay otros artistas geniales
que anticipan el próximo siglo. Alejados de Florencia, son maestros
de sus respectivas escuelas locales, pero su influencia se difunde
por toda Italia e incluso por Europa.
Piero
della Francesca dominio de la luz, con
la innovación de la iluminación posterior, con delicados matices.
Sus volúmenes son macizos. En su tiempo es el gran estudioso de la
perspectiva científica.
Mantegna
pinta
figuras escultóricas, con escorzos como en el Cristo
yacente,
con composiciones profundas como El
tránsito de la Virgen (Museo
del Prado), los frescos de la Cámara
de los Esposos en
Mantua, y la gran serie de los Triunfos
de César en
Hampton Court (cerca de Londres).
Perugino es el artista del encanto: nostalgia y languidez, junto a la portentosa perspectiva científica en la Entrega de las llaves a San Pedro(Capilla Sixtina).
Perugino es el artista del encanto: nostalgia y languidez, junto a la portentosa perspectiva científica en la Entrega de las llaves a San Pedro(Capilla Sixtina).
EL
CINQUECENTO.
Los
cambios del Cinquecento son profundos. El color predomina sobre el
dibujo, las formas son volumétricas gracias al claroscuro con la luz
y las sombras, la profundidad es natural, el paisaje es variado y
melancólico, la composición es geométrica (generalmente
triangular), las figuras se relacionan entre sí y se unifican las
escenas.
Los
maestros de Florencia y Roma: Leonardo, Rafael, Miguel Ángel.
Leonardo
da Vinci (1452-1519) es el
arquetipo de hombre universal del Renacimiento: científico y erudito
clásico a la par que artista. Nacido en la aldea florentina de
Vinci, estudió pintura con Verrocchio. Es uno de los máximos
maestros de la luz. Su preocupación máxima fue conseguir todas las
posibilidades de expresión del rostro para acercarse al espíritu
humano. Sus dibujos son magistrales. Innova primero mediante
el sfumato (una
técnica de pintura que difumina las líneas y suaviza los colores
creando una atmósfera irreal y misteriosa) y a partir de éste
introduce la novedad de la perspectiva aérea, que imita la
progresiva difuminación en la distancia de las líneas y colores a
fin de sugerir la profundidad tal cómo la ve el ojo humano. Esta
nueva perspectiva tendrá un inmenso éxito y combinada con la
geométrica alcanzará un alto grado de perfección realista y será
la dominante en los siglos siguientes.
Sus
mejores pinturas son La
Anunciación, La
Virgen de las Rocas,
con su composición triangular y luces, con un dibujo fino, con un
suave y difuminado claroscuro que realza el volumen y el enigma, con
una sonrisa ambigua y suave. Son rasgos que alcanzan su cima en La
Gioconda,
un maravilloso retrato de mujer, la Monna Lisa, de enigmática
sonrisa, para lograr la calma sobrehumana de la cual, según Vasari,
la rodeaba de cantores y músicos; y en la Última
Cena,
un monumental fresco arruinado debido a los malos materiales y la
humedad. Como ingeniero se ocupó de diseñar fortificaciones y
canales. En sus Cuadernos
de Notas,
describía y dibujaba todo tipo de máquinas, que se anticiparon a
las posibilidades constructivas de su tiempo. Estudió especialmente
la astronomía, la anatomía, la fisiología y la botánica.
Rafael (1483-1520)
fue un pintor prolífico de temas religiosos (Anunciaciones),
retratos y grandes composiciones (las Estancias del Vaticano). Las
Madonnas de sus numerosas Virgen
con Niño son
encantadoras, llenas de grazia,
con el exquisito cuidado de cada elemento: luz, color, composición.
Los grandes frescos alegóricos de las Estancias del Vaticano: La
Escuela de Atenas, El
incendio del Borgo, El
Parnaso, La
disputa del Santísimo Sacramento,
muestran su dominio de la composición espacial, con la profundidad y
la amplitud del espacio. Sus retratos son de una profunda psicología.
Miguel
Ángel (1475-1564) es sobre todo
escultor y por ello sus pinturas de temática religiosa y pagana se
llenan de figuras que muestran su energía, volumen y movimiento,
como en el techo de la famosa Capilla
Sixtina (1508-12), donde
representa el ciclo bíblico de la Creación, donde el conjunto es
clasicista por su orden y equilibrio mientras que las figuras
individuales ya son premanieristas, mientras que ya es manierista
el Juicio Final de
la misma Capilla (1536-1541), con figuras dinámicas y monumentales,
con una dramática y exagerada angustia y una completa ocupación del
espacio propias del Manierismo.
La
escuela veneciana: Giorgione, Tiziano, Tintoretto, Veronés.
Son
los rasgos de esta etapa:
-
La preeminencia del color, con tonos cálidos.
-
La importancia de los temas secundarios: la anécdota, el
detalle.
-
La exaltación de la riqueza: palacios, procesiones,
fiestas, ropajes.
-
La contemplación poética del paisaje, con el casi
romanticismo de Giorgione y Tiziano.
Giorgione (1478-1510)
es un enigmático pintor, autor de pocas obras, aunque de
extraordinaria calidad y misterio, entre la mitología y el paisaje.
Destacan La
tempestad y
Concierto
campestre.
Tiziano (1489-1576)
es un clasicista (con algunos pequeños y ocasionales rasgos
manieristas) y destaca como el gran retratista, con una composición
que equipara al retratado con el paisaje y los detalles, con obras
como el retrato ecuestre de Carlos
V en Mühlberg y
el deIsabel
de Portugal;
con desnudos de formas blandas y redondas, como en la Venus
de Urbino,Venus
y el Amor,
y Dánae.
En la Bacanal aúna
lo mitológico y lo social, la alegría, el desnudo femenino, el
paisaje luminoso, las telas lujosas, el detalle del jarro central.
Sus temas religiosos son contenidos, pero en su Entierro
de Cristo consiguió
efectos intensos con el color, como el amarillo del cuerpo de Cristo
en contraste con el manto azul de la Virgen. En sus últimas obras
muestra ya el influjo del Manierismo.
Tintoretto (1518-1594)
es un puente hacia el Manierismo e incluso el Barroco, con sus luces
violentas, contrastes en claroscuro, escorzos, movimiento tenso e
inestable, paisaje romántico, profundidad en base a niveles de
distinta luminosidad. Todo esto se observa en el Lavatorio
de los pies.
Veronés (1528-1588), ya plenamente manierista en su etapa final, pinta el lujo, las fiestas en palacios y jardines maravillosos, con complejas arquitecturas de mármoles blanquísimos. En las Bodas de Caná extrema el anecdotismo, siendo en esto el gran heredero de Bellini y Carpaccio.
Veronés (1528-1588), ya plenamente manierista en su etapa final, pinta el lujo, las fiestas en palacios y jardines maravillosos, con complejas arquitecturas de mármoles blanquísimos. En las Bodas de Caná extrema el anecdotismo, siendo en esto el gran heredero de Bellini y Carpaccio.
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