lunes, 26 de mayo de 2014

Apuntes del Renacimiento


(Resumen: http://iessonferrerdghaboix.blogspot.com.es/search/label/HA%20UD%2012.%20El%20Renacimiento%20italiano%20y%20su%20difusi%C3%B3n%20europea.)

LA ARQUITECTURA DEL RENACIMIENTO
EL QUATTROCENTO.

Brunelleschi, Alberti, Michelozzo, Giuliano de Sangallo, Rossellino.

Los grandes arquitectos en Toscana son Brunelleschi, Alberti, Michelozzo, Giuliano de Sangallo y Rossellino.
Brunelleschi recibe el encargo de terminar la catedral de Santa Maria dei Fior levantando la cúpula de 42 metros ejecutada en 1421-1446 según los modelos del Panteón romano y de las cúpulas bizantinas. La cúpula se levanta grácil sobre un tambor octogonal y este sobre medias cúpulas y cuartos de cúpula. Gracias a su éxito será el modelo de la cúpula de San Pedro del Vaticano, y esta, a su vez, de las futuras cúpulas barrocas en Europa.
En las iglesias de San Lorenzo y Santo Espíritu adopta los elementos arquitectónicos clásicos, inspirándose especialmente en las basílicas romanas. 
En la Capilla Pazzi presenta el esquema de lo que será la auténtica arquitectura renacentista: sobre planta cuadrada asienta una cúpula sobre pechinas y antepone un pórtico adintelado en el que un arco central rompe el dintel.
El Hospital de los Inocentes se abre a la plaza pública con un bellísimo pórtico, adornado en la parte superior con medallones.
Brunelleschi también desarrolla el modelo de palacio típicamente renacentista en el palacio Pitti, el tratamiento de los paramentos mediante sillares almohadillados le comunica un aspecto inconfundible de solidez.
En los palacios florentinos que siguen este modelo el predominio de la línea horizontal será absoluto.
Alberti es el teorizador de la nueva arquitectura, con De re aedificatoria; sólo una generación después de Brunelleschi se puede proceder ya a un asentamiento racional del estilo. En sus obras usa los elementos clásicos: los templos Malatestiano en Rímini y de San Andrés en Mantua, con las fachadas principales con gran arco triunfal. En Florencia edifica el palacio Rucellai, con fachada adornada con pilastras siguiendo la superposición de los tres órdenes clásicos (dórico, jónico y corintio), y la bella fachada de mármoles policromos y formas geométricas de la iglesia de Santa María Novella.
Michelozzo edifica el palacio Médici-Ricardi, con el robusto almohadillado del zócalo y el muro liso superior.
Giuliano de Sangallo realiza la sacristía de la iglesia del Santo Espirito en Florencia y la iglesia de Santa María delle Carceri, ambas con simetría central en su planta de cruz griega, así como la Villa Medicea en Poggio in Caiano, un modelo de villa renacentista.
Debe destacarse otro centro de arquitectura ajeno a Florencia, en el Milán de los Visconti, con los maestros Filarete y Bramante.

EL CINQUECENTO.
San Pedro del Vaticano: Bramante, Rafael, Miguel Ángel.
El primero es Bramante (1444-1514), educado en Urbino y que había trabajado en Milán. Fue llamado por el papa Julio II. En Roma evoluciona a un estilo austero, concentrado en la estructura, reduciendo la decoración. El templete circular de San Pietro in Montorio (1502-1510), encargado por los Reyes Católicos de España en el lugar que será sede de la futura Academia Española, es un ejemplo de unidad, clasicismo, proporción, orden, sencillez, armonía, sobriedad, robustez y elegancia, o sea las principales características del Cinquecento romano.
Bramante, en el siguiente proyecto (1506) para la basílica de San Pedro, diseña un proyecto de perfecta cruz griega, de dos naves perpendiculares, con cuatro brazos iguales y cuatro entradas, y una gran cúpula en el centro de la cruz, inspirada en el templete anterior de San Pietro in Montorio. Pero su proyecto de cúpula era todavía un compromiso entre el Gótico con sus torres y torrecillas y el Renacimiento con su tambor de columnas rodeando y medio tapando la cúpula.
Rafael le sucede en las obras, pero no tiene tiempo para realizar su nuevo proyecto. Le suceden Peruzzi y Antonio da Sangallo el Joven, que prosiguen las obras con algunas modificaciones.
Miguel Ángel llega a la dirección de las obras en 1546, a los 70 años, con la fama de ser el gran genio de Occidente. Su obra arquitectónica demuestra su dominio de los volúmenes exteriores más que de los espacios interiores. Exige la desaparición de las torres y torrecillas, y potencia la cúpula sobre un tambor, configurando el futuro modelo occidental de cúpula. Sólo habrá una monumental entrada, con un pórtico adintelado, cuyas alas son un añadido posterior de Bernini ya en el Barroco.
Como urbanista, Miguel Ángel proyecta la plaza del Capitolio en Roma, inspirado tal vez en el ejemplo anterior de Pienza.
Como diseñador de interiores, destaca su escalera de la Biblioteca Laurenciana, con su fusión de líneas dinámicas curvas y estáticas rectas, con lo que un pequeño espacio cobra majestad. Es ya una arquitectura manierista.
Antonio de Sangallo.
Antonio de Sangallo el Joven crea el modelo del palacio romano del Cinquecento, sobrio y austero, con el Palacio Farnesio. Abandona el almohadillado florentino, las ventanas adinteladas carecen de parteluz y dispone frontones curvos y rectilíneos que incrementan el movimiento.

 LA ESCULTURA DEL RENACIMIENTO.
EL QUATTROCENTO.
Ghiberti, Donatello, Della Quercia, Della Robbia, Verrocchio.
El Quattrocento es de Florencia, gracias al trabajo en la cantería de la catedral. En 1401 se convoca el famoso concurso de las dos puertas del Baptisterio, y lo gana Lorenzo Ghiberti (1378-1455, que trabaja hasta 1425 para fundir en bronce los paneles de las escenas evangélicas. Destaca, sobre todo, la Puerta de la Gloria, con un relieve profundo, realista, clásico, con escenas de naturaleza (rocas y árboles) y una sensación de profundidad con una perspectiva lineal que convierte a estos relieves casi en obras pictóricas.
Donatello (1386-1466) es el gran escultor del siglo, discípulo de Ghiberti, amigo de Brunelleschi. Esculpe al hombre vital. San Jorge es la juventud valerosa. El Profeta Habacuc es la psicología realista y la nobleza. La estatua ecuestre del Condottiero Gattamelata (1453) es un vivo y expresivo análisis psicológico del guerrero, aunque con poco movimiento. El David desnudo es la gracia.
Jacopo della Quercia esculpe los monumentales y naturalistas altorrelieves de la portada de San Petronio en Bolonia, que influyen en Miguel Ángel.
Luca della Robbia escupe los relieves de la Cantoria y una tribuna del Duomo de Florencia. Es un maestro de la serenidad clásica y del naturalismo.
Andrea Verrocchio un David  y, sobre todo, la estatua ecuestre del Condottiero Colleone (1481), llena de movimiento y expresividad, con múltiples puntos de vista.
EL CINQUECENTO.
Miguel Ángel.
Miguel Ángel (1475-1564) es el gran escultor del siglo. Hombre universal, poeta, pintor, arquitecto, pero sobre todo escultor. Siempre insatisfecho de su propia obra y crítico de la ajena, siempre inmerso en la platónica y mística búsqueda de la Idea de la Belleza en el mármol blanco de Carrara. Sus figuras están llenas de vida y pasión, de terribilità, lo sublime, con una exhibición de fortaleza y energía como si amenazaran a un enemigo externo o estuviesen en perpetua lucha, de una grandiosidad que reside más en su plenitud vital que en su tamaño.
Inspirado en la estatuaria antigua de la colección de los Médicis, esculpe en Florencia laB atalla de los Centauros y la Virgen de la Escalera. En Bolonia recibe la influencia de las monumentales esculturas de Della Quercia, y cambia su estilo. De vuelta en Roma esculpe la primera Piedad del Vaticano (1498-1499), de gran serenidad.
Vuelve a Florencia, para realizar el inmenso (4 metros) y tenso David (1501-1504), símbolo de la victoria de la pequeña ciudad florentina sobre sus enemigos. Trabaja en el inconcluso mausoleo del papa Julio II, del que restan el poderoso Moisés (1513) y los inacabados Esclavos. Labra la Sacristía Nueva de San Lorenzo y la Capilla funeraria de los Médicis, integrando arquitectura y escultura en los sepulcros de Giuliano y Lorenzo Mé­dici, cuyo modelado es ya manierista. En los últimos años, su arrebatada espiritualidad, que le lleva incluso a cultivar la poesía mística, le inspira cuando esculpe la dramática Piedad Rondanini, cuyas formas apenas salen de la piedra. Son obras llenas de vida, expresividad, de equilibrio de la forma bella y del movimiento, cada vez más tendente a este movimiento que enlaza con el Manierismo por su exceso gestual y su tensión sensual.

LA PINTURA DEL RENACIMIENTO.
Los grandes centros de la pintura coinciden con las capitales de los Estados italianos: Venecia, Florencia, Roma, Padua o Ferrara con una extraordinaria floración de artistas de primera magnitud.
EL QUATTROCENTO
Las raíces de la pintura renacentista deben buscarse en Giotto, a principios del siglo XIV, pero sólo en el siglo XV la pintura italiana se diferencia claramente de la gótica. Las obras se individualizan, se independizan de los retablos que poco a poco casi desaparecen durante un tiempo; los temas son más profanos y por ejemplo aparece el desnudo, aunque siguen predominando los temas religiosos. Otras características de esta pintura son: el desarrollo de la perspectiva científica, el movimiento controlado, el paisaje profundo y alegre, la belleza idealizada de los cuerpos desnudos, el volumen de las formas, el sentido espacial, la intensidad de los sentimientos.
El dibujo es un elemento capital en el siglo XV, mientras el color lo es del siglo XVI. Es un dibujo sereno en Fra Angélico, nervioso en Botticelli, con figuras de dimensiones planas, sin tridimensionalidad. La luz se perfecciona, pero en general sirve para resaltar los planos. Pero al mismo tiempo, la bidimensionalidad se compensa con el interés por la profundidad (para Ucello la perspectiva es la suprema manifestación de la belleza), en el paisaje poco detallista en comparación con los primitivos flamencos, pero que sirve para encuadrar las figuras. La composición es compleja, con varias escenas o figuras en un mismo cuadro, aunque subordinadas a la principal. Al final, algunos maestros, como Della Francesca, experimentan la problemática de la tridimensionalidad, con sus idealizadas vistas urbanas.
Los maestros de Florencia: Fra Angélico, Masaccio, Ucello, los Lippi, Botticelli.
El gran centro pictórico del Quattrocento es Florencia, gracias al mecenazgo de los Médicis y, en menor grado, de los Pazzi, Pitti...
Fra Angélico (c. 1400-1455) enlaza con el Gótico, con sus curvas y dorados, pero con un volumen novedoso, clásico. Decoró con admirables frescos el convento de San Marcos. En laAnunciación destaca la serenidad, equilibrio y dulzura, en la línea, el color y el paisaje. 
Masaccio (1401-1428) cuida el volumen y la perspectiva, con falsos fondos arquitectónicos. Destacan la magistral Santísima Trinidad, que es un modelo de perspectiva, San Pedro y San Juan dando limosnaEl Tributo al CésarAdoración de los MagosAdán y Eva.
Filippo Lippi (1406-1469) retrata los sentimientos humanos, con sus numerosas Virgen con el Niño. Fue el padre de Filippino Lippi (1457-1504), que cultivó el mismo tema.
Botticelli (1444-1510) atesora un dibujo nervioso, pleno de movimiento. Pinta composiciones muy elaboradas, en tonos suaves y delicadamente fríos, con paisajes primaverales, hermosos cuerpos desnudos o figuras vestidas que desprenden una sensación de elegancia, rostros melancólicos que reflejan el sentimiento de la decadencia de Florencia h. 1500. Obras máximas, en las que conjuga los temas del neoplatonismo con la figuración son: El Nacimiento de VenusAlegoría de la PrimaveraLa CalumniaPalas y Minerva, y las tablas de la historia de Nastagio degli Honesti.

Los maestros de las escuelas regionales: Della Francesca, Mantegna, Perugino...
Junto a los artistas de la escuela florentina hay otros artistas geniales que anticipan el próximo siglo. Alejados de Florencia, son maestros de sus respectivas escuelas locales, pero su influencia se difunde por toda Italia e incluso por Europa.
Piero della Francesca dominio de la luz, con la innovación de la iluminación posterior, con delicados matices. Sus volúmenes son macizos. En su tiempo es el gran estudioso de la perspectiva científica.
Mantegna pinta figuras escultóricas, con escorzos como en el Cristo yacente, con composiciones profundas como El tránsito de la Virgen (Museo del Prado), los frescos de la Cámara de los Esposos en Mantua, y la gran serie de los Triunfos de César en Hampton Court (cerca de Londres).
Perugino es el artista del encanto: nostalgia y languidez, junto a la portentosa perspectiva científica en la Entrega de las llaves a San Pedro(Capilla Sixtina).


EL CINQUECENTO.
Los cambios del Cinquecento son profundos. El color predomina sobre el dibujo, las formas son volumétricas gracias al claroscuro con la luz y las sombras, la profundidad es natural, el paisaje es variado y melancólico, la composición es geométrica (generalmente triangular), las figuras se relacionan entre sí y se unifican las escenas.
Los maestros de Florencia y Roma: Leonardo, Rafael, Miguel Ángel.
Leonardo da Vinci (1452-1519) es el arquetipo de hombre universal del Renacimiento: científico y erudito clásico a la par que artista. Nacido en la aldea florentina de Vinci, estudió pintura con Verrocchio. Es uno de los máximos maestros de la luz. Su preocupación máxima fue conseguir todas las posibilidades de expresión del rostro para acercarse al espíritu humano. Sus dibujos son magistrales. Innova primero mediante el sfumato (una técnica de pintura que difumina las líneas y suaviza los colores creando una atmósfera irreal y misteriosa) y a partir de éste introduce la novedad de la perspectiva aérea, que imita la progresiva difuminación en la distancia de las líneas y colores a fin de sugerir la profundidad tal cómo la ve el ojo humano. Esta nueva perspectiva tendrá un inmenso éxito y combinada con la geométrica alcanzará un alto grado de perfección realista y será la dominante en los siglos siguientes.
Sus mejores pinturas son La AnunciaciónLa Virgen de las Rocas, con su composición triangular y luces, con un dibujo fino, con un suave y difuminado claroscuro que realza el volumen y el enigma, con una sonrisa ambigua y suave. Son rasgos que alcanzan su cima en La Gioconda, un maravilloso retrato de mujer, la Monna Lisa, de enigmática sonrisa, para lograr la calma sobrehumana de la cual, según Vasari, la rodeaba de cantores y músicos; y en la Última Cena, un monumental fresco arruinado debido a los malos materiales y la humedad. Como ingeniero se ocupó de diseñar fortificaciones y canales. En sus Cuadernos de Notas, describía y dibujaba todo tipo de máquinas, que se anticiparon a las posibilidades constructivas de su tiempo. Estudió especialmente la astronomía, la anatomía, la fisiología y la botánica.
Rafael (1483-1520) fue un pintor prolífico de temas religiosos (Anunciaciones), retratos y grandes composiciones (las Estancias del Vaticano). Las Madonnas de sus numerosas Virgen con Niño son encantadoras, llenas de grazia, con el exquisito cuidado de cada elemento: luz, color, composición. Los grandes frescos alegóricos de las Estancias del Vaticano: La Escuela de AtenasEl incendio del BorgoEl ParnasoLa disputa del Santísimo Sacramento, muestran su dominio de la composición espacial, con la profundidad y la amplitud del espacio. Sus retratos son de una profunda psicología.
Miguel Ángel (1475-1564) es sobre todo escultor y por ello sus pinturas de temática religiosa y pagana se llenan de figuras que muestran su energía, volumen y movimiento, como en el techo de la famosa Capilla Sixtina (1508-12), donde representa el ciclo bíblico de la Creación, donde el conjunto es clasicista por su orden y equilibrio mientras que las figuras individuales ya son premanieristas, mientras que ya es manierista el Juicio Final de la misma Capilla (1536-1541), con figuras dinámicas y monumentales, con una dramática y exagerada angustia y una completa ocupación del espacio propias del Manierismo.
La escuela veneciana: Giorgione, Tiziano, Tintoretto, Veronés.
Son los rasgos de esta etapa:
- La preeminencia del color, con tonos cálidos.
- La importancia de los temas secundarios: la anécdota, el detalle.
- La exaltación de la riqueza: palacios, procesiones, fiestas, ropajes.
- La contemplación poética del paisaje, con el casi romanticismo de Giorgione y Tiziano.
Giorgione (1478-1510) es un enigmático pintor, autor de pocas obras, aunque de extraordinaria calidad y misterio, entre la mitología y el paisaje. Destacan La tempestad y Concierto campestre.
Tiziano (1489-1576) es un clasicista (con algunos pequeños y ocasionales rasgos manieristas) y destaca como el gran retratista, con una composición que equipara al retratado con el paisaje y los detalles, con obras como el retrato ecuestre de Carlos V en Mühlberg y el deIsabel de Portugal; con desnudos de formas blandas y redondas, como en la Venus de Urbino,Venus y el Amor, y Dánae. En la Bacanal aúna lo mitoló­gico y lo social, la alegría, el desnudo femenino, el paisaje luminoso, las telas lujosas, el detalle del jarro central. Sus temas religiosos son contenidos, pero en su Entierro de Cristo consiguió efectos intensos con el color, como el amarillo del cuerpo de Cristo en contraste con el manto azul de la Virgen. En sus últimas obras muestra ya el influjo del Manierismo.
Tintoretto (1518-1594) es un puente hacia el Manierismo e incluso el Barroco, con sus luces violentas, contrastes en claroscuro, escorzos, movimiento tenso e inestable, paisaje romántico, profundidad en base a niveles de distinta luminosidad. Todo esto se observa en el Lavatorio de los pies.
Veronés (1528-1588), ya plenamente manierista en su etapa final, pinta el lujo, las fiestas en palacios y jardines maravillosos, con complejas arquitecturas de mármoles blanquísimos. En las Bodas de Caná extrema el anec­dotismo, siendo en esto el gran heredero de Bellini y Carpaccio.


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